"La niña de rojo" es una versión moderna del cuento clásico de Caperucita Roja. El relato de Aaron Frisch, que narra el accidentado viaje de Sofía en un día de tormenta, recoge -con un estilo sobrio- los principales argumentos narrativos: la abuela enferma, el bosque oscuro, el lobo malvado y la niña de abrigo rojo. Las ilustraciones de Roberto Innocenti, precisas hasta el más mínimo detalle, muestran la gran ciudad como un territorio caótico, desigual, peligroso. Y en el corazón de ese laberinto de calles y edificios se encuentra la selva, un lugar multiétnico repleto de color y vida, la máxima expresión de la sociedad del consumo, la comunicación y la tecnología; con todos sus defectos, de los que se plantea una crítica contundente. Esta adaptación también destaca por el diseño fragmentado de las páginas, con bloques de texto separados de las imágenes, a modo de cómic. Muchas generaciones de niños y niñas han crecido con este cuento eterno, con un lobo feroz que ahora viaja en motocicleta, y con un final que -en el caso de "La niña de rojo"- tanto puede ser trágico, como feliz. Porque sea antaño o en la actualidad, los cuentos siempre son mágicos.