La obra de Camilo José Cela llena gran parte de la literatura española de los últimos cincuenta años. Desde el principio, y sin necesidad de someterse a ningún control ideológico, supo separarse de la España oficial y escribir unas críticas que pusieron de manifiesto el desánimo y la miseria económica y social en que había sumido al país el nuevo régimen. Aunque el autor tiene interés por presentar su obra como testimonio y opta por escoger los aspectos ásperos, entrañables y dolorosos, Cela no se limita a registrar unos hechos, sino que realiza una importante elaboración literaria. Según vamos leyendo nos damos cuenta de La Colmena, más que un documento, es la visión sintetizadora y cargada de significación que el narrador tiene del Madrid de los años 40.