El pequeño cerdito vivía en su pocilga en una granja. Al cerdito le gustaba comer y correr alrededor de la pocilga. Y le gustaba dormir. Pero lo que más le gustaba era sentarse y bañarse en el lodazal. El granjero y su esposa querían mucho al cerdito. -Para nosotros, es el mejor cerdo del mundo- decían.
La historia del cerdito que acaba cimentado en la acera de una gran ciudad surge de la imaginación de Arnold Lobel como otros relatos entrañables, sencillos y hermosos de los que también es autor, como "Historias de ratones", publicado igualmente por KALANDRAKA. Su obra se caracteriza por la búsqueda de los acentos personales, las emociones básicas y los ambientes cotidianos. De ahí la concisión de su estilo literario, a base de palabras esenciales, como la condición humana que intenta plasmar.