La abuela está encantada con el nuevo molinillo de café que le han regalado Kasperle y Pepín, pero el bandido Saltodemata quiere uno exactamente igual y hace lo que mejor saben hacer los bandidos: robarlo. Rápidamente, el sargento Matamicrobios toma cartas en el asunto aunque les advierte de que hace tiempo que persiguen al bandido y no han podido atraparlo. La búsqueda del molinillo se complica cuando entra en escena el gran, y malvado, mago Petrosilio Atenazador, quien, a pesar de su poder, no ha logrado dar con un hechizo para pelar patatas y hace años que busca mano de obra barata.