Alicia está aburrida en la orilla del río, cuando de repente ve un conejo blanco que pasa corriendo ¡y hablando!
Curiosa, lo sigue hasta su madriguera, salta dentro y cae, cae, cae... en un país donde las cosas parecen no tener ningún sentido ni ninguna lógica y donde todo es posible.
Allí viven las criaturas más extravagantes, como el Gato de Cheshire, cuya afición por los enigmas solo es igualada por su tendencia a desaparecer; la cruel Reina de Corazones, el Sombrerero o la Liebre Marceña.